Por un momento mira la financiación hipotecaria como si fuera un juego. Un juego jugado en esta cancha. Puede que ya te estés quejando de lo difícil que es tener una oportunidad. No me extraña. Es muy difícil, estás cansado, las reglas son conocidas pero tú puede que no las conozcas, eres viejo o incluso muy joven, los jugadores experimentados no dudan en engañar, en regatear y, si el árbitro mira para otro lado o no pita, hasta hacen alguna trampa.
Puede incluso que no sepas que el juego ya está en marcha, que no ha parado y no va a parar, los jugadores están ya muy por delante de ti, no te dejan marcar, te roban los puntos sin que hayas tenido tiempo de verlos. Todo te parece muy confuso.
No voy a arreglarte nada, ya lo sé, también yo he sufrido algún que otro empujón. Ahora, aquí, en la cancha, con mis escritos jurídicos sobre financiación hipotecaria de la vivienda, sólo quiero poner un espejo, no se sabe si está roto o sucio, que refleje unos rayos, no para deslumbrar, no para confundir, no para recriminar. Si conseguimos un poco de luz que sea para orientar a los que jugamos.
Carlos Ballugera Gómez
Verano de 2017